Alcance Salvación
HORATIO. G. SPAFFORD, 1873
Este himno fue cantado por primera vez en
una reunión en Farwell Hall, Chicago, por el Sr. P. P.
Bliss, quien compuso la
música.
Cómo se escribió este himno es una
historia conmovedora:
En 1874, cuando el gran vapor Francés “Ville de Havre”
cruzaba el Atlántico en su viaje de regreso de América, se encontró con el
desastre. Abordo del vapor estaba la Sra. Spafford con sus 4 hijos. En medio del
océano el vapor colisionó con un barco grande. En media hora el “Ville de
Havre” se hundió y casi todos abordo perecieron. Cuando tuvo lugar la
colisión, la perturbada madre sacó a sus 4 hijos de la cama y los subió a la
cubierta. Dándose cuenta de que en pocos momentos el barco se hundiría, la
Sra. Spafford se arrodilló con sus hijos, pidiendo a Dios que fueran salvos o
les hiciera dispuestos a morir si era Su voluntad. Cuando el barco se hundió
los niños se perdieron. La madre fue recogida por un marinero entre algunos
restos flotantes, y 10 días más tarde llegó a Cardiff. Desde ese puerto la
Sra. Spafford envió un cable a su marido, un abogado en Chicago, con el mensaje:
“Salva sola”, quien salió inmediatamente para Inglaterra para
traer a su esposa a Chicago. El Sr. Spafford, un buen Cristiano, enmarcó y
colgó en su oficina el mensaje de su esposa.
El Sr. Moody, que entonces estaba teniendo reuniones Evangelísticas en
Edimburgo, viajó a Liverpool para
procurar consolar a los padres despojados, y fue gratamente animado al encontrar
que fueron capaces de decir: “Está bien; que se cumpla la voluntad de Dios”. Un
hecho consolador en medio del triste evento fue que en una reunión
dirigida por Moody y Sankey en Chicago, poco tiempo antes de su viaje a Europa,
los niños se habían convertido a Dios.
Dos años más tarde, cuando Sankey paraba en
casa de los Sres. Spafford, durante una serie de reuniones Evangelísticas en
Chicago, el Sr. Spafford escribió el himno: “De paz inundada mi alma”, en
memoria de la muerte de sus hijos. Hay que resaltar que la traducción de coro
no es muy exacta, pues la idea realmente es: "Mi alma está bien."
Un hombre de negocios que había sufrido
algunos fuertes reveses durante la crisis financiera, y estaba en un profundo
desaliento, al oír la historia del himno, exclamó: “Si Spafford pudo escribir
tan hermoso himno de resignación, no volveré a quejarme nunca más.”
Siendo un diligente estudiante de la Palabra de Dios, el Sr.
Spafford llegó a estar tan interesado en la Segunda Venida de Cristo, que él y
su esposa decidieron ir a Jerusalén, y esperar allí la venida del Señor. En
la última estrofa del himno, el escritor da expresión sin límites a su
aspiración y deseo de corazón.
De paz inundada
mi alma ya esté,
O
cúbrala un mar de aflicción,
Mi suerte
cualquiera que sea diré:
¡Alcancé,
alcancé salvación!
¡Alcancé...
salvación...!
¡Alcancé,
alcancé salvación!
Ya venga la
prueba o me tiente Satán,
No
amengua mi fe ni mi amor;
Pues
Cristo comprende mis luchas, mi afán,
Y
su sangre obrará en mi favor.
Feliz
yo me siento al saber que Jesús
Libróme
de yugo opresor;
Quitó
mi pecado, clavólo en la cruz;
Gloria
demos al buen Salvador.
La
fe tornaráse en feliz realidad
Al
irse la niebla veloz;
Desciende
Jesús con su gran majestad,
¡Aleluya,
estoy bien con mi Dios!
Creciendo99